6:17 am.

Hoy vi caminar a un joven, de aproximadamente 18 o 19 años, a las 6:30 am, hacía mucho frío y estaba obscuro, con una maleta gigante, bolso y mochila, parecía contento, con el solo hecho de saber que estaba viajando, creo yo, parecía depositar todas sus esperanzas en esos tres bultos, y más aún en su corazón, esperanzas que me hacían pensar en que el cabro este no estaba simplemente viajando, quizás se estaba cambiando de ciudad, iba escuchando música, "Marry Me" de Train era la canción que al muchacho estaba haciendo sonreír, me puse delante de el y caminé en inversa, no me pescó,por cada segundos que avanzaba la canción, era más y más la sonrisa que se dibujaba entre tanta oscuridad que hay en la Alameda a esas horas de la madrugada, levantó la vista y vi sus ojos, era amor lo que lo llevaba a dicha ciudad, confirmé que se estaba mudando, solo, con las esperanzas de estar con su ser querido y de quizás establecerse allá para cambiar una vida que ya lo estaba matando de a poco, era lo más sano. Que importa, soy solo alguien más que vio caminar al muchacho, poco a poco acercándose a la luz que reflejaban los focos que iluminaban el frontis del Terminal Alameda, solo con un pensamiento, "ojala triunfe", me alejé de el y siguió caminando y caminando, para llegar a su destino que probablemente, es un lugar que el prefiere, ama y desea, tanto como un niño que recibe un juguete que ha esperando por mucho tiempo, antes de entrar al bus y de guardar su maleta y bolso, me miró y me sonrió, diciéndome "gracias", por los 19 años que lo acompañé, era momento de que partiera, ya era suficiente, debía irse, y así, poco a poco se alejó de la ciudad más poblada de Chile, esa en la que todos buscan esperanza, pero que no es tan así, al menos así lo pensaba él.